"Y apareció en el cielo un gran signo:
una Mujer revestida del sol,
con la luna bajo sus pies
y una corona de doce estrellas en su cabeza."
(Apocalipsis 12,1)
Madre nuestra que estas en el Cielo en Cuerpo y Alma,
Bendito sea tu nombre por siempre
como bendita eres entre todas las mujeres.
Haz que venga a nosotros el Reino de tu Hijo Jesucristo
y veamos pronto el triunfo de tu Corazón Inmaculado.
Hágase en nosotros la Voluntad de Dios como se hizo en ti,
según su Palabra, en la tierra y ahora en el Cielo.
Llévanos hoy y siempre a Jesús, el Pan Vivo bajado del Cielo
que es nuestro verdadero alimento,
para que hagamos todo lo que El nos diga.
Perdona las ofensas que hayamos hecho a tu Inmaculado Corazón
y que entristecen al Sagrado Corazón de tu Hijo.
Y que también nosotros, que nos gloriamos de llamarnos hijos tuyos,
hagamos reparación por las ofensas de los demás.
Ayúdanos a no caer en la tentación,
tu que eres la Llena de Gracia y no conociste el pecado.
Intercede por nosotros para que seamos libres del mal en esta vida
y podamos tener el privilegio, como Jesús,
de tenerte cercana en nuestras cruces cotidianas.
Y que al final de nuestra vida,
habiendo sido favorecidos con las Gracias
que Dios nos da por tu intermedio,
podamos gozar de la contemplación eterna de la Trinidad,
en tu dulce compañía y en la de todos los bienaventurados.
Amén.
- Claudio* -