¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanos no viven aquí entre nosotros?». Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo.
(San Marcos 6,3)
Jesús siempre fue, es y será motivo de escándalo para el mundo. Como lo han sido, son y serán aquellos que pretenden seguirlo.
El mundo siempre se escandaliza del mensaje de vida de Dios. El No al Aborto no es mío o de muchos cristianos, es de Dios. Pues El es Dios de la Vida no de la muerte, pero el mundo reacciona con escándalo y dicen que es un tema "polémico" como si sus propias vidas dependieran de una polémica. ¿Que dirian los periodistas si se empezara a polemizar por las vidas de tales o cuales? Seguro rasgarían sus vestiduras aunque fácilmente matan con su boca a miles de niños por dia...
La lucha contra el aborto y las reacciones de medios y políticos no cristianos son una muestra concreta del Evangelio de este domingo. No deben amedrentarnos las reacciones mundanas. Con esta iniciativa dimos a luzhace ya 9 años a traves del sitio "A Cristo por María", desde Octubre del 2000 la Campaña de Oración Universal y Eterna por los Ninñitos no nacidos y hace muy poco el sitio: http://www.contraelaborto.com.ar/ .
Por eso, si deseas saber si eres un “carpintero” de Dios y un Hijo de María, mira a tu alrededor. Si el mundo te aplaude, es hora de revisar tu vida cristiana. Lamentablemente siempre seremos un signo de escándalo. Seguir a Jesús es signo de escándalo para el mundano. Y ser hijo de María también lo es aún entre cristianos. ¡Cuánto dolor le seguimos dando al Señor y a nuestra Madre!
Cuenta el Evangelio que en ese lugar no pudo hacer muchos milagros… ¡Cuantas veces le exigimos a Dios milagros desesperados y urgentes cuando en nuestra vida hemos buscado casi con desesperación la popularidad mundana! Dios necesitó barro para crearnos. Y Dios necesita de nuestra Fe para ayudarnos. ¿Pero es que Dios no lo puede todo? Lo puede, pero ante todo respeta nuestra libertad de elección y jamás nos avasallará sino que nos invitará como un Padre cariñoso a seguirlo.
Ser dignos hijos de María y vivir como tales es señal clara de que somos hermanos y seguidores de Cristo, aunque escandalicemos al mundo.
¡Ay de mí si no escandalizare al mundo por vivir como Cristiano!
- Claudio* -
Sábado, 4 de Julio de 2009