Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.
.....
... y su Madre le dijo : «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto?
Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Jesús les respondió:
«¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?».
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El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos.
Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
(San Lucas 1,44-51)
¡Cuantos hijos de Dios se pierden en las caravanas de la vida! ¡Cuantas veces nos perdemos todos! ¡Cuantas veces angustiamos a nuestros padres terrenales y a Dios nuestro Padre y María nuestra Madre!
Inmaculado Corazón de María, ayúdanos a ocuparnos de las cosas del Señor. Aún en medio de nuestros diarios quehaceres, que sean a la Luz del Señor, guiados por sus mandamientos y vividos según su Corazón. Ayúdanos a ser Santos como Dios es Santo.
Y que el día que Dios nos llame a su Casa, después de haber vivido la pascua de nuestra vida terrena, el Padre y tú, Madre nuestra, nos encuentren a su Servicio. Y gozosos nos unamos a la postrera caravana de los justos, que junto a ti María, entran al Cielo prometido.
Guárdanos Madre nuestra en el calor y el silencio de tu Corazón Inmaculado, pues allí, verdadero y puro Templo del Espíritu Santo, será lugar seguro para crecer y fortalecernos en la Sabiduría y la Gracia de Dios, como Jesús. (Lucas 2, 40.52)
¡Bendita y Alabada seas Santísima Trinidad! ¡Bendito y Alabado seas Dios nuestro por habernos dado una Madre de Corazón tan puro! ¡Gracias Señor!
- Claudio* -
Sábado, 20 de Junio de 2009
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